En el año 1964 se publica en Estados Unidos "El Hombre Unidimensional" (A One-Dimensional Man) considerada por muchos como una de las obras más subversivas del siglo XX, en la que se ofrece una visión pesimista de la sociedad de consumo. Ese mismo año la Brandeis University opta por no renovar el contrato a su autor, Herbert Marcuse, a pesar de ser uno de los profesores más carismáticos del momento. "El Hombre Unidimensional" termina con una conocida cita de Walter Benjamin: Sólo nos viene dada la esperanza por quellos que no tienen esperanza. ¿Por qué ambos autores comparten el mismo pensamiento desesperanzado en contextos tan diferentes? El terror nazi del que huía Benjamin no parece tener nada en común con la libertad y prosperidad encarnada por el sueño americano en la década de los sesenta. El warfare state de Hitler contra el welfare state de la sociedad americana, como bien expresaba el Arzobispo de Canterbury.
Un totalitarismo dulce y
sutil. Como si fuera el falso canto de una sirena, Marcuse reniega de este
sistema socioeconómico por motivos de peso. Cuestiona el potencial
revolucionario del proletariado, uno de los pilares básicos del marxismo. Según
él, en el capitalismo avanzado se produce una pérdida de conciencia de clase
derivada de la inmersión en la sociedad de consumo. El sueño americano consiste
precisamente en eso, en ser un caleidoscopio de movilidad social capaz de
convertir a un botones en propietario de una cadena de hoteles a través de su
esfuerzo y mérito personal: Estados Unidos como Tierra de Destino. El espejismo
funciona como un mito o epopeya de la época clásica, como un elemento cohesionador
que representa valores, gestas y modelos a seguir. Un destino común a todas las
clases sociales, unidas por un sentimiento de igualdad de oportunidades. En
fin, borrando de un plumazo la contradicción dialéctica que conduce a la
subversión del sistema. Por eso Marcuse defiende que sólo gracias a los
excluidos y los marginales podrá alimentarse la esperanza de un cambio. Y por
eso se hace eco del viejo aforismo de Benjamin al final de su obra.
¿Pero hay, además, otros elementos en juego? Quizá no sea casualidad que
este mismo año, 1964, coincida con la exposición "The American
Supermarket" en Nueva York. Cuando Andy Warhol muestra en ella
productos de consumo como si fueran obras de arte está encarnando la peor pesadilla
de Benjamin: representa la pérdida del aura que describía en "La obra de arte en la época de la reproductibilidad técnica" y materializando sus vaticinios de 30 años atrás:
Quitarle su envoltura a cada objeto, triturar su aura, es la signatura de
una percepción cuyo sentido para lo igual en el mundo ha crecido tanto que
incluso, por medio de la reproducción, le gana terreno a lo irrepetible. Se
denota así en el ámbito plástico lo que en el ámbito de la teoría advertimos
como un aumento de la importancia de la estadística.
El icono del pop-art consuma la desesperanza benjaminiana de la forma más
absoluta. Porque al menos el nazismo era un fenómeno identificable y localizado
contra el que se podía luchar. Hay múltiples formas de ejercer la violencia, de
encubrirla o de rechazarla. Es poco conocido el atentado que sufrió Warhol a
manos de Valerie Solanas el 3 de junio de 1968, que a punto estuvo de costarle
la vida, debido a que el asesinato de Kennedy lo
eclipsó por completo. El factor desencadenante fue un despiste aparentemente
inocente: Warhol perdió un manuscrito que le había confiado Solanas para
su lectura. La pérdida del original sumió a la autora en un estado de
frustración que agravó más su inestabilidad psíquica. Sin cuestionar el valor
intrínseco de su obra, Solanas escribía desde el dolor y la enfermedad, desde
su propio desgarramiento personal. Y se tomaba muy en serio su trabajo.
La consideración y reparación que exigió por su pérdida no se produjo y
se desencadenó la tragedia. Solanas contra Warhol, una lucha entre dos fuerzas
opuestas que expresa muy bien el paradigma inmunológico de la dialéctica
negativa que describe Chul Han en "La sociedad del cansancio"
Una época inmunológica mediada por una clara división entre el adentro y
el afuera, el amigo y el enemigo o entre lo propio y lo extraño...el extraño
será eliminado a causa de su "otredad".
Y bien es cierto que en la década de los 60 se polarizan los
extremos: en febrero del 67 muere la última paciente lobotomizada por el Dr
Freeman, Helen Mortensen, el mismo año de la publicación de "Psiquiatría y
antipsiquiatría" por David Cooper, obra revolucionaria dentro del campo de la psiquiatría y que dará nombre al movimiento
crítico que subvierte los presupuestos teóricos de esta disciplina.
Pero el paradigma
inmunológico no es compatible con el proceso de globalización y será sustituido
por el de lo idéntico, el del exceso de positividad en el que lo extraño se
sustituye por lo exótico. Este nuevo paradigma se corresponde con el giro dado
por la llegada de la posmodernidad. El fenómeno yuppie, Reagan y el thatcherismo
marcaron el signo de los nuevos tiempos. Entonces, la filosofía crítica llegó a
parecer algo superado, hegelianamente hablando. El hombre sensato de esta nueva
época ya no tiene pájaros en la cabeza. Y mira hacia atrás y parpadea. Parpadea
con extrañeza desde su asertividad, desde su proactividad productiva, desde su
diálogo constructivo: los nuevos valores del fariseismo psicologista que
Baudrillard desenmascara como la violencia del consenso, una
violencia que opera por analogía con las células cancerígenas.
El hombre de ahora no se lamenta demasiado por el retroceso sufrido en los
derechos sociales. No echa en falta el sentido reverente, el sentimiento íntimo
que suscitaba la obra de arte en otras épocas. Ni la dignidad del artesano.
Todo ello son desvaríos del pasado. Porque, en el fondo, sabe que no es lógico
creer que una sociedad alimentada con chucherías y alimentos refinados pueda
tener músculo para luchar ni para aspirar a algo más allá de alcanzar una
medida razonable de confort.
En eso consiste el dulce abrazo del estado de bienestar.
"El Hombre Unidimensional", Herbert Marcuse https://zoonpolitikonmx.files.wordpress.com/2013/10/marcuse-el-hombre-unidimensional.pdf
"La obra de arte en la época de la reproductibilidad técnica" Walter Benjamin
"La sociedad del cansancio", Byung-Chul Han. Herder Editorial, 2012.
"La agonía del poder" Jean Baudrillard, Círculo de Bellas Artes, 2006
"Walter Benjamin. Historia de una amistad." Gershom Scholem, Debolsillo, Mondadori, 2007.